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Actualmente no dejamos que los niños más pequeños exploren, investiguen, jueguen y descubran. En su lugar, les ofrecemos instrucción directa, lo que ayuda a que aprendan hechos y habilidades específicas, pero ¿qué pasa con la curiosidad y la creatividad, habilidades aún más importantes para el aprendizaje a largo plazo?
Mientras que la enseñanza de un maestro puede ayudar a los niños a que encuentren una respuesta específica más rápidamente, también hace menos probable que descubran información nueva acerca de un problema, que aprendan a crear una solución nueva e inesperada.
Mientras que la enseñanza de un maestro puede ayudar a los niños a que encuentren una respuesta específica más rápidamente, también hace menos probable que descubran información nueva acerca de un problema, que aprendan a crear una solución nueva e inesperada.
Hasta el momento podemos ver que “estilos de enseñanza” es un enfoque a partir del cual se realiza la función docente. No es un concepto estático, pues la forma de definirla va a marcar el estilo de cada uno. Por los términos utilizados por diversos autores o investigadores, podemos notar también que se ha recurrido a los estilos del liderazgo clásico (autocrático, democrático, laisser-faire) y se ha querido transferir dichos conceptos a los estilos de enseñanza.
El estilo docente está conformado por un conjunto de condiciones o variables que se manifiestan en su modo de actuar, demostrando sus preferencias y aptitudes. A decir de Víctor García Hoz, estas condiciones se sintetizan en su capacidad didáctica, su capacidad de orientación personal y de gobierno, y su tono vital, expresión de su propia persona.
En síntesis: la intención perfectiva del docente se hace eficaz en la esperanza que tiene respecto de la capacidad de perfección del alumno. Esta esperanza se manifiesta, en un razonable optimismo, característica esencial de este estilo educador.
En todo caso, lo que resulta inobjetable, es que el estudio de los estilos de enseñanza se basa en la constatación de que no todos los profesores enseñan de la misma forma. Pese a que la existencia de los estilos es un hecho ampliamente reconocido, no hay el mismo acuerdo en la clasificación de los mismos, ni en los criterios a seguir para llegar a ella.
El estilo Directo o Centrado en el docente
Sobre este estilo extenderemos mayores ideas, toda vez que ha sido el más analizado por los autores dada su prevalencia sobre los otros estilos en la práctica docente. El estilo directo se caracteriza por exposiciones por parte del profesorado, explicación de conceptos o de procedimientos, preguntas sobre lo explicado, por el ejercicio de un liderazgo elevado; el profesorado da órdenes para que se cumplan, concede muy poca autonomía a los alumnos, recurre constantemente a su autoridad para imponer.
Diferentes estudios muestran que existen procedimientos docentes específicos que los profesores pueden aplicar y que pueden producir un mejor rendimiento académico. Y demostrada experimentalmente la eficacia de unos determinados procedimientos, se trataría de adiestrar a los docentes en esos comportamientos para conseguir una mayor eficacia en los aprendizajes de los alumnos.
Entre finales de los 70 y los 80, diversos estudios plantearon un modelo de instrucción eficaz que hoy en día es calificada como práctica sistemática o instrucción directa, e incluye seis funciones docentes fundamentales con una serie de subfunciones o subtareas. Lo importante de este modelo, es que nos percatamos que resulta ser un modelo con amplia práctica en nuestro medio y en otros contextos hasta la década de los 90, pues a partir de entonces, al surgir los nuevos enfoques pedagógicos, los estilos de enseñanza empiezan a tomar otros rumbos como producto además, que los propios centros educativos exigen ajustes a los estilos personales de los docentes. El modelo se resume de la siguiente forma:
1) Revisión diaria y control de las tareas señaladas el día anterior para casa:
· Control del trabajo hecho en casa
· Repetición en caso necesario
· Revisión del aprendizaje anterior mediante preguntas
· Revisión de las habilidades cuando sea necesario
2) Presentación de nuevos materiales y contenidos:
· Formulación breve de los objetivos que se pretenden
· Visión general y estructuración del tema
· Presentación del nuevo material a través de pequeñas etapas, a ritmo rápido
· Preguntas durante la exposición del material para control la comprensión
· Hacer hincapié en los puntos principales
· Proporcionar suficientes ilustraciones y ejemplos concretos
· Proporcionar exposiciones y modelos
· Dar instrucciones y ejemplos detallados y redundantes.
3) Estudio guiado del estudiante y control de su comprensión:
· Práctica inicial orientada por el profesorado
· Elevada frecuencia de preguntas y sobre-aprendizaje del alumnado
· Las preguntas deben referirse a los nuevos contenidos
· Evaluación de las respuestas del alumnado como control de la comprensión
· Dar instrucciones adicionales, aclaraciones y retroalimentación del proceso, repetición de la explicación si es necesario
· Realizar preguntas a todos los estudiantes y proporcionarles retroalimentación. El profesor debe asignar que todos participen
· Debe asegurarse un 80% de éxito en la práctica controlada
4) Retroalimentación y corrección con repetición de la enseñanza si es necesario:
· Las respuestas correctas deben ir seguidas de otra pregunta de reconocimiento de la exactitud de la respuesta
· Las respuestas incorrectas y vacilantes deben ir seguidas de aclaraciones
· Los errores debe corregirse con más repetición
· Los errores sistemáticos son objeto de especial vigilancia
· Deben obtenerse respuestas concretas a cada pregunta
· Las correcciones deben incluir refuerzo, explicación complementaria, revisión de las etapas, retroalimentación del proceso, volver sobre las explicaciones
· La repetición y las correcciones siguen hasta que el grupo tiene alcanzados los objetivos
5) Estudio independiente por parte del estudiantado:
· Estudio suficiente referido a los contenidos explicados
· Debe provocar sobre-aprendizaje hasta que las respuestas sean seguras y automáticas
· Exigencia de un 95% de práctica correcta
· Conocimiento por parte del alumnado de que el estudio va ser controlado
· Supervisión activa del estudiante mientras trabaja
6) Revisiones semanales y mensuales:
· Revisión sistemática del material aprendido anteriormente
· Controles y asignaciones o trabajos de investigación frecuentes
· Enseñar nuevamente el material
Como vemos, este estilo de docencia calificada por los autores como práctica sistemática o instrucción directa, provoca mayores rendimientos académicos en los alumnos cuando aprenden los contenidos nuevos por sí mismos o unos de otros.
Estos comportamientos del profesor/a configuran un estilo docente que se muestra eficaz sobre todo en áreas de conocimiento y en habilidades que constan de pasos explícitos, de fuerte estructuración interna, que en sí presentan mayor estructuración que otros de la misma área de conocimiento. En cuanto a los tipos de alumnos en los que se manifiesta eficaz este estilo de enseñanza, se señalan los alumnos de los primeros niveles, los que presentan ritmos lentos de aprendizaje y todos los alumnos cuando se enfrentan a contenidos nuevos.
Críticas al estilo
Las críticas a este tipo de planteamiento docente básicamente hacen referencia a que son eficaces para el desarrollo de capacidades intelectuales inferiores y para la consecución de objetivos operativos y medibles, pero que para el desarrollo de capacidades intelectuales superiores se exige una menor dirección que la existente en la enseñanza directa.
Tampoco en contenidos de resolución de problemas, en el desarrollo de la creatividad, en suscitar actitudes favorables al aprendizaje, en actitudes como la independencia y la curiosidad intelectual se consiguen esa pretendida eficacia que se vincula con los comportamientos propios de la enseñanza directa.
Por otra parte, provoca estrategias de procesamiento de la información enormemente pobres, fundamentalmente memorísticas. Pero las críticas que entendemos más fundamentadas son aquellas que se refieren al paradigma o modelo de investigación que subyace, al modelo de educación que se esconde y se defiende desde esta perspectiva, las críticas al modelo proceso-producto de investigación aplicado a las ciencias sociales en general y a las ciencias de la educación, en particular.
El análisis de las tareas que se realizan en el aula puede servir para estudiar aquéllas que aparecen con mayor frecuencia, que se reiteran constantemente aunque se traten diferentes contenidos y nos situemos en distintos momentos de la jornada escolar.
Tareas como lecturas por parte del alumnado, explicaciones del profesorado, realización de ejercicios del libro de texto, fundamentalmente realizados de forma individual por los alumnos en su pupitre y de forma simultánea, sesiones de preguntas y respuestas, uso de material como papel y lápiz, pizarra y material elaborado por editoras de libros de texto, corrección de ejercicios, etc, son actividades que prácticamente están presentes en todas las aulas y en todas las áreas de conocimiento.
Tales actividades, cuando se reiteran constantemente, suponen una organización del espacio en la que las mesas del alumnado están dispuestas en filas y columnas, cada uno trabaja individualmente, todos realizan en el mismo momento idéntica actividad, queda muy poco espacio para la optatividad y para la toma de decisiones por parte del estudiantado. Para el profesorado significa que el proceso de enseñanza se reduce y se simplifica, que sus actuaciones quedan reducidas a un esquema que se repite una y otra vez y que caracteriza su manera de realizar la enseñanza.
El estilo Indirecto - Facilitador
En líneas generales, el estilo indirecto se caracteriza porque Incluiría poca dirección por parte del profesorado, poco liderazgo y sí, comportamientos de aliento a los alumnos para que sean ellos quienes actúen; aceptación de las ideas y de las propuestas que proceden del alumnado, ayuda en el desarrollo de las ideas y de las propuestas que proceden del alumnado, ayuda en el desarrollo de las ideas de los niños y niñas, alabanzas y estímulos para que actúen.
Por las características mencionadas, podemos advertir que este estilo que algunos autores denominan Indirecto tiene mucho en común con el estilo que señala Brundage (1980) que denomina “Facilitador”, y veremos por qué. Según Brundage, el estilo facilitador enfatiza que tanto el profesor facilitador como los aprendices, son responsables del proceso de aprendizaje. Además:
þ Las estructuras, los objetivos y la dirección de las actividades propuestas por el profesor, son posibles de negociar.
þ Se ofrece al alumno distintos materiales y actividades simultáneamente, permitiéndoles descubrir significados personales dentro del conocimiento.
þ Se emplea la retroalimentación mediante la alimentación y el reflejo.
Vemos entonces que en este caso el maestro es un guía, pero también un facilitador, tutor y mediador, que responde a los intereses y necesidades de los alumnos; el alumno, por su parte, es activo y autónomo. En este estilo se da un aprendizaje por descubrimiento, hay actitud dialogante, el aprendizaje parte de las necesidades e intereses del alumno, se maneja una conciencia crítica.
1. El docente responde de manera individual y personalizada a los intereses del alumno.
2. El docente sabe escuchar a los alumnos.
3. El alumno desarrolla su proyecto personalizado de trabajo.
4. El docente enseña a través de tutorías y orientaciones en los proyectos desarrollados por los alumnos, ya sea en forma individual o en pequeños grupos.
Precisamente Piaget y sus seguidores consideran que el papel fundamental del maestro es promover el desarrollo y la autonomía del educando, ayudándolo a construir sus propios conocimientos. Esta enseñanza pone énfasis entonces en la actividad, la iniciativa y la curiosidad del alumno, suponiendo que esta es condición necesaria para la autoestructuración y el autodescubrimiento de sus conocimientos. Piaget afirma que todo lo que enseñamos directamente a un niño, está evitando que él mismo lo descubra y que, por tanto, lo comprenda verdaderamente.
En opinión de Piaget, este rol que asume el maestro es hacer la planificación de la enseñanza abierta y flexible, con un amplio margen para dar cabida a los comportamientos espontáneos y no previstos, al ensayo y al error es proponer a los educandos situaciones problemas reales y significativos cuyas soluciones ellos deben descubrir, esto es, plantearles conflictos cognoscitivos a través de “experiencias claves” (preguntas estratégicas, situaciones novedosas) que provoquen disonancias en sus esquemas mentales.
Asimismo es motivar y proporcionar al niño la orientación necesaria para solucionar problemas movilizando sus saberes previos, es proveer gran variedad de material educativo, particularmente los de carácter divergentes, que motiven al educando y que le permitan ensayar diferentes maneras de enfrentar los aprendizajes deseados; es asimismo función del maestro, evaluar los procesos del aprendizaje (los modos de actuar, de pensar, de sentir del educando), antes que los productos del mismo.
En general, según este estilo, el papel fundamental del maestro, es promover una atmósfera de respeto, de libertad y autoconfianza que permita el aprendizaje de los educandos.
El estilo Técnico o centrados en las materias
Nos acercarnos a su caracterización al considerar a este estilo docente integrado por aquellos profesores despreocupados del sentido y valor de su acción educativa, son simples transmisores de los contenidos que le vienen descritos en el currículum básico. No les importa la calidad de la enseñanza, pues piensan que no es asunto suyo, lo único realmente preocupante suele ser "cómo hacer lo que se les dice que hagan".
Reproducen los estilos y modelos en que fueron instruidos, por ello, no entienden de reformas educativas ni es asunto preocupante, es más, consideran que estas son inventos políticos, piensan que la enseñanza se resuelve en el aula. Nadie debe intervenir en su manera de dar clase, suelen ser muy individualistas en su trabajo.
Constituye un prototipo de profesor obsoleto, cuya única función e incluso obsesión, consiste en cumplir un determinado programa que le viene impuesto, pero en ningún momento se cuestiona qué es lo mejor o lo más adecuado para sus alumnos. Se resiste al cambio ya que no suele creer en él y además supone un esfuerzo adicional por su parte para ponerse al día, siente miedo a lo desconocido, se siente incapaz de cambiar sus hábitos o simplemente no quiere hacerlo.
Observamos que este tipo de profesor es valorado muy positivamente por nuestra sociedad, en la medida en que se le ve como un gran cumplidor del programa docente, lleva al día las exigencias impuestas por la administración, mantiene la disciplina en el aula, sus enseñanzas son útiles porque adiestra a sus alumnos en la resolución de problemas con un marcado carácter funcional y desarrolla estrategias de competitividad haciendo de sus alumnos los triunfadores en la selectividad y con notas de corte para el acceso a estudios universitarios.
Lamentablemente, estos supuestos logros, se dirigen más a nivel personal del propio docente, porque ello supone acciones que mantienen al margen los avances y saberes previos de los alumnos. Se avanza porque así dice el programa, y tiene que culminarlo aún cuando algunos alumnos hayan presentado dificultades en su proceso de aprendizaje.
El estilo práctico
En este otro estilo nos encontramos con profesores que a diferencia de los anteriores se lo cuestionan todo, asumen su labor educativa con gran responsabilidad pretendiendo mejorar. Les preocupan el por qué y el para qué de lo que hacen, quieren dar un sentido teleológico a sus tareas docentes. Suelen ser muy reflexivos en su labor.
Les interesan, sobre todo, que sus alumnos "aprendan a aprender". Utiliza una metodología variada en el trabajo con sus alumnos, son, hasta cierto punto, flexibles al cambio. Suelen ser muy individualistas en su trabajo, lo que dificulta los planteamientos y necesidades de los nuevos enfoques.
Aquí encontramos un estilo docente que a nivel social es valorado como profesor innovador, centrado en los aspectos psicopedagógicos de la enseñanza, con gran aceptación entre sus alumnos, si bien despiertan reticencias y recelos entre sus compañeros. Se le critica de faltos de rigor científico y despreocupado por los aspectos conceptuales (conceptos, nociones e ideas) del currículum. Suelen estar en continua contradicción ya que son lo que la enseñanza necesita, pero nuestra sociedad exige y valora parámetros de calidad educativa centrados en el producto y en la competitividad.
Estilo Colaborador
Centra la responsabilidad del aprendizaje tanto en los alumnos como en los profesores, quienes en conjunto deben descubrir y crear significados, valores, habilidades, estrategias.
El colaborador debe participar con las mismas responsabilidades y derechos que los aprendices y con una pertinencia total al grupo porque los alumnos participan en el liderazgo tanto de las tareas como de las reacciones interpersonales. Este estilo se caracteriza por la negociación del material y por un trabajo en equipo.
Como podemos notar, este estilo tiene como base lo concerniente al aprendizaje cooperativo o colaborativo. Los grupos de aprendizaje cooperativo se basan en una interdependencia positiva entre los miembros del grupo, donde las metas son estructuradas para que los estudiantes necesiten interés por el rendimiento de todos los miembros del grupo tanto como por el propio, cosa que no ocurre en las técnicas tradicionales de grupo. Como sostiene Rue, "sólo puede alcanzar sus objetivos si y sólo si los demás consiguen alcanzar los suyos".
El rol del profesor no se limita a observar el trabajo de los grupos sino que a supervisar activamente (no directivamente) el proceso de construcción y transformación del conocimiento, así como las interacciones de los miembros de los distintos grupos.
En los grupos de aprendizaje cooperativo hay una clara responsabilidad individual donde se evalúa el dominio que cada estudiante tiene del material asignado, a cada estudiante se le da retroalimentación sobre su progreso, y también al grupo se le proporciona retroalimentación sobre cómo cada miembro está progresando para que los demás miembros del grupo sepan a quien hay que ayudar y animar.
Es importante acotar que el estilo colaborativo apoyado en la pedagogía Vigostkyana, sugiere que el docente es un profundo conocedor de la dinámica de los grupos de estudio y aprendizaje, ya que aquí de lo que se trata es de que en ello impere el compromiso con la colaboración para que los que más saben, más entienden, más comprenden y más estrategias de pensamiento han desarrollado para “aprender a aprender” colaboren con los que poseen un nivel de desarrollo inferior y estén interesados en lograr aprendizajes significativos.
El estilo Planificador
El docente planea con anticipación sus actividades para apoyar a los alumnos tomando en cuenta las diversas clases de aprendizaje e inteligencias, y es un evaluador en el proceso; el alumno responde y es activo. Aquí predominan la multiplicidad de estrategias.
1. El docente entrega con anticipación el plan de actividades.
2. El docente evalúa en forma constante los temas desarrollados, para retroalimentar los procesos enseñanza-aprendizaje.
3. El docente entrega oportunamente los materiales necesarios para el desarrollo de actividades.
4. El docente explica con anticipación cómo se va a evaluar.
5. El docente utiliza diferentes estrategias didácticas para responder a los objetivos y apoyar el aprendizaje
6. El alumno planea y prepara con anticipación sus actividades
Estilo Investigativo
Es aquel que está orientado a la generación de nuevos conocimientos, con una mirada compleja e interdisciplinaria; el alumno es activo, exigente y está encaminado al desarrollo de proyectos científicos. Conciben que los problemas son claves para el desarrollo del conocimiento y del aprendizaje.
1. El docente propone problemas interdisciplinarios que generan, de parte de los alumnos, proyectos para buscar soluciones.
2. El docente orienta la enseñanza con enfoque interdisciplinario e investigativo.
3. El docente estimula la generación de problemas por parte de sus alumnos y el desarrollo de proyectos.
Lo que se espera, fundamentalmente, es que el alumno, piense con sentido interdisciplinario e investigativo, desarrolle procesos de búsqueda y aplique procesos sistemáticos de investigación científica.
Los estilos de enseñanza y su importancia en el proceso educativo
En este punto, queremos extender algunas reflexiones sobre la importancia de los estilos de enseñanza en el proceso educativo. Personalizar la educación es asumir un estilo, una forma de ser docente, que supone una cierta normatividad en el quehacer educador. Implica un estilo de educador que tendrá particular incidencia en el estilo de aprendizaje del alumno. La enseñanza no es neutra,
La presentación de valores y disvalores es inseparable de la tarea docente. El clima que genera en la clase, la evaluación que plantea, el método que usa, las bibliografías, pueden ser ejemplo de amor a la verdad, generosidad justicia, alegría.
Se entiende por orientación al proceso de ayuda a la persona del alumno, con el fin de que desarrolle la capacidad de conocerse a sí mismo, al mundo que lo rodea, de descubrir el sentido de su vida y decidir la solución a los problemas que ella le plantea.
La misión esencial de la docencia como orientación, es ayudar al alumno a formular su proyecto de vida, y a fortalecer su voluntad de modo que sea capaz de llevarlo a término. Es un proceso interactivo entre profesor y alumno en el que los dos se perfeccionan mutuamente.
El peligro de la relación docente – alumno, es que esta sólo quede en la relación didáctica. En realidad, esta relación didáctica sólo será completa si se centra en un proceso comunicativo eficaz, que lleve al docente a asumir un estilo que oriente permanentemente al alumno. Este será un rasgo esencial de su profesionalismo.
Por ello es importante atender el estilo docente, pues a través de éste tiene la capacidad de influir en la formación de actitudes de los alumnos, básicamente por tres caminos: la presentación de modelos de identificación, la selección y valoración de la información que proporciona, y el empleo de los incentivos necesarios para el logro de un aprendizaje formativo.
Los procesos de identificación con el docente como modelo personal y profesional son especialmente importantes en la formación de los estudiantes. Los aprendizajes sociales adquiridos durante su formación son más significativos que los aprendizajes cognitivos. Particularmente cobra importancia lo que se enseña, cuando se enseña, aquello que se manifiesta a través del ejercicio de la autoridad, del estilo evaluador, de los gestos de las palabras.
Por ello, la personalidad del profesor, su afectividad e implicación respecto del alumno constituyen un verdadero factor mediador para el aprendizaje. Este estilo de ejercer la función docente sólo se puede concretar con: Convicción, coherencia en sus actitudes y formas de acción, confianza, respeto.
Para ello, este estilo deberá basarse en una serie de capacidades: Dialogo y comunicación (empatía) flexibilidad apertura mental, orientación potenciadora (indagación, interiorización), capacidad de critica constructiva, un estilo docente que promueva el estilo personal autónomo y asesorado, que implique dificultad y esfuerzo.
Todo ello deberá contemplarse a la hora de reflexionar acerca de la formación docente, y considerar especialmente, la influencia que en los futuros profesionales de la educación, ejercen los estilos educativos de los docentes encargados de este proceso.
Concluimos esta breve reflexión apuntando algunas líneas de análisis que pueden ser de utilidad al plantear cuestiones tan trascendentes como: calidad, eficacia, formación del profesorado, cometidos de la administración, y pensamos en quién puede llevarlo a cabo:
þ Quien sin renunciar a sus propias ideas cuenta con quienes participan en la misma acción de enseñar y aprender aunque la negociación entrañe dificultades.
þ Quien cuestionando los contenidos y el programa enfoca sus clases de una forma mucho más dinámica para mediante la apertura de la inteligencia y el pensamiento llegar a unos resultados mucho más abiertos que la simple obtención de notas, buscando un nuevo sistema educativo que asegure el éxito en el aprendizaje.
þ Quien entiende que trabaja entre y con personas y toma en consideración todo lo que ello conlleva en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
þ Quien es capaz de utilizar la reflexión como vía para discernir dónde queda la responsabilidad a la hora de tomar decisiones.
þ Quien ilusionado, se interesa por aprender de sus alumnos devolviéndoles el rol de compañeros de aprendizaje con toda la responsabilidad que ello conlleva en el desarrollo del pensamiento.
þ Quien establece las condiciones de enseñanza y aprendizaje de tal manera que favorece experiencias mucho más ricas de las que pueda dar una materia concreta, sin fomentar ni contribuir a desarrollar el afán de competitividad.
Fuente: Charo Davalos R.
muy buen documento
ResponderEliminarMuchas gracias Miguel vg, me ha parecido muy importante incluirlo ya que poco se habla o se conoce de dicho tema. Un saludo
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