sábado, 31 de mayo de 2014

El amigo imaginario



Hola, ¿Qué tal va la tarde de Sábado?, Hoy os traigo un nuevo post en el que os hablo de un tema muy común e interesante en la infancia, los amigos imaginarios.

Los amigos imaginarios pueden ser de distinta naturaleza, como personas u objetos, peluches, monos o personajes inventados. Y es con ellos con quienes el niño tiene un espacio para conversar, jugar y pelear.

En general, se supone que los amigos imaginarios tienen una función positiva para los niños en momentos en que ellos no son capaces de expresar bien sus sentimientos. Incluso hay ocasiones en que sus propios sentimientos negativos se los atribuyen a ellos. Por ejemplo, para evitar un reto o castigo cuando el niño hace algo malo, culpa a su amigo imaginario.

Los amigos imaginarios también surgen como respuesta a las idealizaciones e ideas positivas. Junto a estos personajes tienen espacio para satisfacer sus anhelos y deseos, en general, en esas instancias pueden satisfacer algunas necesidades que no tienen en su entorno habitual.

Principalmente este fenómeno se da en niños que son hijos únicos que conviven solos con el mundo adulto y que no han ingresado todavía en una escuela infantil, a un espacio de sociabilización.

Por lo tanto, sus amigos imaginarios surgen para satisfacer algunas necesidades que no se les brinda en su medio. Hay autores que también plantean que surgen debido a que el niño presenta carencias afectivas. Generalmente se da en niños más sensibles que están mucho más conectados con la imaginación y con la fantasía.

Algunos estudios señalan que los niños que tienen amigos imaginarios serán más creativos cuando grandes y se acercarán al arte, a la poesía y en general, a expresiones del tipo artísticas. Por lo mismo, se ha visto que estos niños están más alejados de tener conductas agresivas.

Se supone que este fenómeno se da en un periodo que no abarca más allá de los seis años, ya que termina cuando los niños se incorporan al colegio y tienen otros amigos con quienes conversar, pelear, discutir o jugar.

Si se extiende en el tiempo y a pesar de que el niño ya está en el colegio no sociabiliza con sus compañeros, si tiene una conducta retraída podría transformarse en un problema. Al igual que si su amigo imaginario se tornan violento o si el niño se posesiona de un algo que tiene que ver con conductas agresivas. En ese caso se debe consultar a un especialista.

En cuanto a los padres, hay que mencionar que según estudios, cerca del 25% de ellos no se da cuenta de que sus hijos tienen un amigo imaginario.

Entonces, el principal consejo para ellos es que entiendan que no es algo patológico ni anormal y que deben estar cerca del niño para acompañarlo y así saber qué es lo que necesita o qué está queriendo compensar con su amigo imaginario.

No es bueno negarles que existe; sino que deben incorporarlo de una manera muy sutil, cosa de no alentar al niño y que no sea una conducta que mantenga en el tiempo.

Tienen que preguntarle en qué lo ayuda este amigo imaginario y qué cosas hace él para que los padres sepan qué busca y qué está expresando a través del amigo imaginario.


Los amigos imaginarios pueden acompañar al niño hasta el inicio de la adolescencia y en ocasiones, hasta la adultez. Pueden llegar a desarrollar complejos comportamientos y personalidades. Aunque puedan parecerle muy reales a sus creadores, estudios han revelado que algunos niños son capaces de entender la irrealidad de sus compañeros.
Así, algunos los consideran una presencia física indistinguible del resto de personas, mientras que otros dicen verlos únicamente en sus cabezas.

A través del amigo imaginario los niños:

- Liberan sus sentimientos positivos y negativos
- Proyectan sus conflictos, miedos y fobias delante de nuevas situaciones, como la de tener que abandonar el pañal, ir a la guardería o al parvulario, a cambiarse de casa, o a tener que enfrentar algún reto o realidad diferente.
- Adquieren más confianza en si mismo. En su "lógica", si su amigo imaginario consigue vencer al mal, él también es capaz de hacerlo.
- Se sentirán más fuertes, y capaces. Y eso favorecerá a su autoestima.
- Controlarán mejor sus emociones.
- Entienden de mejor manera el punto de vista de la otra persona, en este caso, lo de su amigo imaginario.
- Desarrollan habilidades sociales.

De acuerdo con algunas teorías psicológicas, entender las conversaciones que el niño pueda tener con su amigo imaginario puede ser sumamente revelador sobre los miedos, aspiraciones, ansiedades o influencias del niño.

Caso de preocupación mayor

Cuando los niños se adentran en este mundo de fantasía e imaginación, los padres solo tendrán razones para preocuparse si su hijo se agarra al amigo imaginario a tal punto que lo impida cumplir con sus tareas y compromisos cotidianos, o que vean que su hijo ya no desea tener amigos reales para jugar y relacionarse. Además, si notan que el hijo se ha vuelto retraído o ha adquirido comportamiento agresivo a causa de un amigo imaginario violento, deberán buscar ayuda y apoyo de un especialista. Situaciones como esas podrían generar otros problemas.
Por lo demás, no existen razones para alarmarse. El niño no sufre problemas mentales, ni vive situaciones sobrenaturales. El niño está sano. Del mismo modo en que llegan los amigos imaginarios, se van y desaparecen con el tiempo. Es una etapa que suele finalizar por vuelta de los 11 años de edad, cuando el niño tenga muy desarrolladas las funciones del lenguaje, de la lógica, memoria e inteligencia.

Se han hecho muchas observaciones al fenómeno del amigo imaginario. Algunos dicen que los hijos únicos, que solamente conviven con adultos, son los más propensos a tener amigos imaginarios, y los utilizan para llenar esta carencia social. Otros afirman que el fenómeno se da normalmente en los niños más sensibles, con mayor imaginación y fantasía. Y hay los que dicen que los niños que en la infancia tiene amigos imaginarios, podrán convertirse en artistas en la edad adulta. Cada niño es un mundo, y habría que vivirlo para saberlo.

Este fenómeno suele darse también durante la adolescencia temprana, en jovencitos que sufren rechazo o discriminación por parte de sus iguales, como un modo de paliar el malestar provocado por esta situación y el sentimiento de soledad.

Fuentes: 

Imagenes Kathy Hare

Información: www.saludactual.cl

Espero que os haya gustado, un saludo y nos leemos ;)

Pepita Gominola

2 comentarios:

  1. Yo también tenía amigos imaginarios¡

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  2. Que yo sepa yo no, pero cuando jugaba perdía la noción del tiempo...ayyy ojalá volviera aquella imaginación jejeje

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